Zona de colaboraciones: “Los viejos”, de Cristian Carrasco

LOS VIEJOS

 

I

La vejez

tiene poco que ver

con la edad

 

un cuerpo entrado en años

habitado por una conciencia

que vive plenamente

libre para elegir su rol en el mundo

sin miedo a la novedad

no es un viejo

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Plegarias

Y este blog sigue, entre tropiezos, pausas y versos, buscando la magia que sirva de pretexto para evitar una clausura definitiva. En el intermedio, lecturas y más lecturas. El azar de compartir en una red social versos de Jorge, el ganarme de mano en un primer contacto, sus libros, el intercambio sobre los blogs y su (in)utilidad.

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Zona de colaboraciones: poemas de Gerardo Burton

hay una estrella en tu espalda
y el perfume que lleva la sombra en el aire
un viento mueve apenas
las espumas que la marea entre algas
deja a los pies de las vírgenes
un desierto mece en las orillas
el canto de los océanos
bajo nubes de tormenta

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Zona de colaboraciones: “Plástica bilis”, de Hernán Lasque

Plástica bilis


Llena de viento una bolsa roza en su vuelo incierto la ventana de un primer piso.

La cortina esmerila transparencias sin privar a la sombra que en el interior una luz de velador anima.

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Zona de colaboraciones: “Nubes” y otros poemas, de Edith Galarza

Gracias a quienes se sumaron a esta propuesta. Los trabajos se irán publicando en el transcurso de los días, alternándose con mis publicaciones.
Luego de Mora Reina,inauguramos la sección de la Patagonia, región que me abriga en este lado del mundo.

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Cien años

«Con el sol en Piscis y ascendente en Acuario, y un horóscopo de estratega en derrota y enamorada trágica, nací en Toay (La Pampa), y salí sollozando al encuentro de temibles cuadraturas y ansiadas conjunciones que aún ignoraba. Toay es un lugar de médanos andariegos, de cardos errantes, de mendigas con collares de abalorios, de profetas viajeros y casas que desatan sus amarras y se dejan llevar, a la deriva, por el viento alucinado. Al atardecer, cualquier piedra, cualquier pequeño hueso, toma en las planicies un relieve insensato. Las estaciones son excesivas, y las sequías y las heladas también. Cuando llueve, la arena envuelve las gotas con una avidez de pordiosera y las sepulta sin exponerlas a ninguna curiosidad, a ninguna intemperie».
(Olga Orozco, Anotaciones para una autobiografía (fragmento), de “Relámpagos de lo invisible”).
#OlgaOrozco100años
Invito a sumarse a la propuesta, en tiempos de Covid-19.
Poesía.

Patria

Imagen de Kerstin Mende-Stief en Pixabay

Lentes sin soportes
apuntes dispersos,
un libro a medio leer
sobre el teclado lleno de polvo

agonía de domingo
la fe en (algunas) personas
el verano y sus relámpagos
de melancolía

truenan saqueadores
en playas impolutas
como si el blanco
ocultase su hipocresía

otra Patria
atiende a los invisibles
desnuda opulencias
egoísmos, mentiras

ardua tarea la de
batallar contra un sentido
que cercena derechos
y normaliza diferencias

tender una mano
compromiso ineludible
para convertir la desesperanza
en posibilidad.

Control de daños

Castañuelas rotas, memoria quebradiza, el banco de una plaza abandonada.
Hipocresía, apagón informativo, rabia como fluido espeso*
La lluvia y sus golpes bajos.
Picar cebollas, un atajo para soltar las lágrimas. Los hombres no lloran, No.
Los versos garabateados, las voces y las máscaras.
Frases como listas, como si sirvieran de algo.
Los textos que faltan, las lecturas que reparan, el arte y la belleza, libros, lugares donde anclar la esperanza.
Nosotros.

(*)En préstamo, de Alejandra Costamagna, El sistema del tacto.