vi en las morgues hay cadáveres, pequeños con delantal blanco la lluvia no cesa y hay cadáveres y en la plaza árboles monumentos edificios pelean su lugar con diez toneladas de bombas automóviles colectivos trolebuses camiones despanzurrados tranvías aceite combustible sangre sobre el empedrado húmedo y encima hay cadáveres trozos perros esquirlas de carne muerta y no más dolorida esa carne sacrificada la carne por la libertad cristo vence la democracia que muera el tirano que no murió
XXX ¿cuánta ternura no habrá sido desperdiciada pisoteada ¿en las tristes malezas del odio? ¿qué amor azul del aire al amanecer no habrá claudicado? ¿cuántos besos habrán perdido los amantes y qué madre no habrá amamantado ya más? carne sufriente son, almas dolidas voces que no cantan, plañen y ojos hartos de ver tanto dolor, ah magnolia muerta
(Poemas de “Cantares de Junio”, de Gerardo Burton).
El 16 de junio de 1955, aviones de la Armada y la Fuerza Aérea bombardearon la Plaza de Mayo en Argentina, además de disparar con ametralladoras contra el Ministerio de Economía y otros edificios públicos, en un intento de golpe de estado contra el gobierno del general Juan Domingo Perón.
El ataque causó al menos 308 muertos y miles de heridos.
Durante décadas, el hecho fue silenciado por la historia oficial.