Miraba un viejo cuaderno y recupero algunos apuntes sobre el taller literario que dictó Alejandro Finzi en la Universidad Nacional del Comahue. Transcribo algunas anotaciones:
Continuar leyendo «El libro para un escritor es el pan»Autor: Horacio
Una música barrida por la brisa
Engañar el tiempo con lecturas. A la espera de una definición y con la esperanza ingenua de que tengamos los anticuerpos necesarios para frenar los discursos de odio y la reivindicación de la dictadura.
Continuar leyendo «Una música barrida por la brisa»El juego de camisetas
—¡Dale, dale! —vociferaba el desconocido con el pucho apagado entre los labios. Su hijo eludía a un defensor, pateaba otro centro que el nueve cabeceaba afuera y originaba lamentos y aplausos cerrados de la parcialidad local.
Desde la tabla que hacía de banco de suplentes visitantes, Raúl sonreía. Arengaba a los sabandijas que corrían detrás de la pelota y resistían un partido adverso desde el comienzo.
El clarear brillante lo distrajo. El griterío de los padres se confundió con los pelotazos y el siseo de los álamos se desvaneció en el recuerdo. Vio por la ventana las nubes anaranjadas que parecían colarse detrás de las ramas a merced de la brisa.
Continuar leyendo «El juego de camisetas»De lecturas y bibliotecas
Se escribe lo que se adeuda. Quizás aplicaría un signo de interrogación. Tirar de un hilo para pispear, o no, un camino, una travesía en donde el naufragio está presente, como casi siempre.
Escribir para no mirar de reojo el abismo que amenaza con avecinarse.
Continuar leyendo «De lecturas y bibliotecas»Desandar lo andado
«La mitad del camino que recorremos no es otra cosa que desandar lo andado. Tal vez deberíamos salir, tomar con espíritu de aventura por el camino más corto, y nunca regresar, preparados para enviar de regreso a nuestros desolados reinos, solo nuestro corazón embalsamado, como una reliquia. Si estás listo para dejar a tu padre y a tu madre, a tu hermano y a tu hermana, a tu esposa e hijo y amigos, y nunca volverlos a ver, —si has pagado tus deudas, has cumplido tu voluntad, has resuelto tus compromisos y eres un hombre libre— entonces estás listo para una caminata».
(p.17).
«Cada atardecer del que puedo ser testigo me inspira el deseo de partir hacia un oeste tan lejano y hermoso como la puesta del sol. Él parece migrar hacia el oeste diariamente e intenta que lo sigamos».
(p.33).
(Thoreau, «Caminar», Buenos Aires, Interzona Editora, 2109.
La diaria
Cuando llueve, el bidón queda escondido en un árbol o bajo los ligustros. De nada valdría dejar la casilla de cartón, donde la barda marca el fin del mundo y el calor del cuerpo de la China es el mejor plan. Pero el abrazo no alcanza para arrimar algo a la olla y hay que salir igual a hacerse la diaria.
Se encapucha y cierra la campera ligera, de buzo, descosida en los puños, El abrigo es una humorada y camina las cuadras que lo separan de la parada del ómnibus.
Continuar leyendo «La diaria»Los nombres de la lluvia
Llueve. Las palabras se demoran. Abro la puerta balcón y dejo que el olor a lluvia pasee por la casa. Petricor, se ha difundido por ahí. Para la RAE, no existe. Igual no concilio con ella. Y busco otras.
Aparece un artículo. Elijo reiu (lluvia fría) y kanu (lluvia fría de invierno), del japonés.
Continuar leyendo «Los nombres de la lluvia»Semillas y pastores (textos recobrados)
La helada y su crudeza. Puedo verla desde el ventanal empañado. Quien lo diría, la que no conocía la luz del sol hasta pasado el mediodía, ahora se despierta temprano. Escribo mi nombre en el vidrio y entreveo la maleza blanquecina. Y el cielo de un celeste pálido que invita a levantarse.
Consulto el celular: ofertas, horóscopo y un cliente que pide un presupuesto. ¿Qué estará haciendo Seba? Prometimos vernos a la tarde.
Continuar leyendo «Semillas y pastores (textos recobrados)»Cuesta existir cuando no te reflejas en la mirada del otro
Grata sorpresa, mientras avanzo en la lectura, sutil, sin golpes bajos, por lo menos hasta ahora. Historia cómplice y confidente, aovillada. Seres disímiles que se cruzan, un relato que sostiene, resignifica, da cuenta de una falta. Cuando no. Lecturas que remiten a otras.
De alguna manera me transportó a casa. Las revistas de la Editorial Columba. Helena, en Intervalo, algún que otro libro de Danielle Steel, en la biblioteca y otros bestsellers de los ochenta. Textos que dialogan con otros. Y también con los recuerdos.
Continuar leyendo «Cuesta existir cuando no te reflejas en la mirada del otro»Entrever (o anotaciones de invierno)
El campo es una herida absurda, agazapada, una inmensidad que no tiene fin, que de alguna manera siempre retorna.
«Después de cruzar el campo ondulado -al frente y por ambos lados- la tierra tan lejos como alcanzaba la vista, mostrábase absolutamente plana, en todas partes verde por los pastos invernales, pero sin flores en esa época del año y con resplandores de agua en toda su extensión.
Continuar leyendo «Entrever (o anotaciones de invierno)»