Tarde.
De voces en la calle. De reencuentros y sinsabores. Tarde propia, tarde de nadie, tarde de todos. Tarde para este texto.
Es probable que cuando leas estas líneas esté muy lejos. Y no es un eufemismo. Ni una metáfora. No sabrás más de mí. Supongo que no te hace falta.
Allá viene el tren. Puedo sentir la vibración bajo mis pies.