El campo es un buen lugar para refugiarse.
Ocho palabras para un comienzo. ¿O un recomienzo? No es lo mismo.
El tío no me preguntó nada. Solo me abrazó. Más que suficiente.
Hay una claridad que se asoma por la ventana, pero no sé si es de mañana o de tarde.
Juraría que acerca la noche, que dormí como nunca antes.
Que lo necesitaba.
Que todavía puedo.