¿Regresarán alguna vez?
¿O seguirán en retirada, en prudente silencio?
Aquí se las espera.
Mientras tanto, se lee: «CUIDADOS PALIATIVOS: NUNCA ES DEMASIADO PRONTO PARA LLAMAR, decía un cartel junto a una cafetería en lo que constituía el centro comercial de la localidad. Junto a ella una señal de tráfico decía: ATENCIÓN: FIN DE LA VÍA. El surrealismo no podía inventarse. Era la auténtica electricidad de lo real» (1).
A la espera de las palabras.
(1) Del cuento «Alas», de Lorrie Moore, en «Gracias por la compañía», edición digital.
Cierto, esa escena es surrealista. Con ella dibujas una sonrisa a este echar de menos. Tú, las palabras, y nosotros, leerte. ¡Y con qué aparentemente poco recuerdas por qué te extraño!
Vuelve siempre, Horacio, aunque sea para decir que no estás escribiendo. Ya es literatura el modo en que lo dices.
Un beso grande
Nunca es demasiado pronto para llamar… Eso me inspiró!