Aridez. Silencio. Dolores. El cuerpo y sus quejas.
Los pájaros y sus trinos. La ciudad y la furia.
Lista de palabras para eludir el cerco de lo real.
«¿Te puedo molestar?».
Quebrar el mutismo, una apuesta que parece imposible.
«Necesito llegar a Choele y el pasaje sale trescientos pesos».
Mira a la nada como adivinando mi respuesta. Cuidate, le digo.
Sopla el viento, no se lleva la angustia ni su desamparo.