Apalabrar y juntar a los que quedan

Contra las bardas calles de ripio y construcciones a medio terminar: la pieza que no fue, los escombros en el patio, la arena que el viento desparrama por la tarde y cuenta lo que todavía falta.

La inocencia a medias, una vida más dura de lo debido para los pibes morenos y descalzos, que juegan en arcos improvisados con piedras apiladas y goles a una tribuna imaginaria.

Detrás la cigüeña petrolera y su voracidad continua, parecido al hambre que rodea la barriada.

Todavía resiste dibujado con una fibra el afiche del candidato, con los consabidos anteojos y los huecos negros en la dentadura. Algún ladron escrito a las apuradas, sin acento pero con rabia.

Irrumpe una camioneta que parece una nave espacial, de vidrios polarizados y polvo que invade sin permiso las casas de puertas abiertas.

Un perro da inicio al coro afinado.

Ella hace números y piensa en la noche. La matemática es implacable. Como la soledad.

Apalabrar la ausencia, juntar a los que quedan y compartir lo que haya, de eso se trata o eso recuerda por lo menos.

El sol amenaza ser un infierno en la previa de Navidad.

(Foto de Jessica Delp en Unsplash)

7 opiniones en “Apalabrar y juntar a los que quedan”

  1. Horacio, hay tanta belleza en tus textos incluso para describir lo más feo, lo más triste, lo más indignante o lo más doloroso!… No puedo leerte sin suspirar y sonreír.

    Un beso grande

  2. Ya el fragmento seleccionado promete, sin haber leído o descargado el libro. Lo que es de agradecer es esa generosidad del autor, tú, para con los demás en el sentido de compartir mediante descarga tu obra. Eso, en estos tiempos de egoísmo y capitalismo salvaje es toda una excepción agradable.
    Saludos

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