«…y en algún momento te escribí algo que terminaba ¿podremos sobrevivir al olvido? y tuve un presentimiento que me dejó desnuda: apenas me quedaban aquellos recuerdos que todos tienen —una fiesta, una noche de verano caminando interminablemente— , los más fáciles de recordar. Tal vez quede eso para siempre porque el resto es un hueco negro que se extiende y se ensancha con los bordes rojizos, como un collar de brasas minúsculas que te comen los ojos y la boca y ya no solo desaparece tu sonrisa sino que vas desapareciendo vos. Desde anoche te deshacías con mayor facilidad, tan rápido».
Sylvia Iparraguirre en «Lejos de Buenos Aires», en «Cuentos reunidos», edición digital.